Los políticos prometen paz, arcoíris y unicornios bailando si renuncias a tus armas. ¿Pero es realmente así? La lección de Nueva Zelanda es una prueba de que el control de armas no siempre es la solución. Después de confiscaciones masivas de armas de fuego, la violencia con armas de fuego en Nueva Zelanda ha alcanzado nuevos récords. ¡Descubre la lección de Nueva Zelanda!
En marzo de 2019, el Primer Ministro de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció una prohibición de armas de fuego. Esta prohibición fue una respuesta a los ataques terroristas en dos mezquitas de Christchurch, en los que murieron 51 personas. La prohibición fue seguida por una confiscación masiva de armas de fuego. Esta confiscación fue una medida para reducir la violencia con armas de fuego en Nueva Zelanda.
Desde entonces, la violencia con armas de fuego en Nueva Zelanda ha alcanzado nuevos récords. Según el Ministerio de Justicia de Nueva Zelanda, el número de delitos con armas de fuego aumentó un 11% entre el año fiscal 2018/19 y el año fiscal 2019/20. Esto significa que la violencia con armas de fuego en Nueva Zelanda ha aumentado a pesar de la prohibición y la confiscación de armas de fuego.
La lección de Nueva Zelanda es clara: después de confiscaciones de armas, la violencia con armas de fuego alcanza nuevos récords. Esto es una señal de alerta para aquellos que creen que el control de armas es la solución a la violencia con armas de fuego. ¿Por qué los controles de antecedentes son malos? y ¿Por qué los retrasos de NICS en la temporada navideña? son preguntas importantes que debemos considerar antes de tomar medidas drásticas.
La razón por la que la violencia con armas de fuego ha aumentado es porque el control de armas no siempre es la solución. Los criminales no obedecen las leyes, por lo que el control de armas no los detiene. En cambio, el control de armas desarma a las víctimas, lo que les impide defenderse de los criminales. Esto es algo que todos entienden, excepto los políticos que prometen paz, arcoíris y unicornios bailando si renuncias a tus armas.
La lección de Nueva Zelanda es que el control de armas no siempre es la solución. Los criminales no obedecen las leyes, por lo que el control de armas no los detiene. En cambio, el control de armas desarma a las víctimas, lo que les impide defenderse de los criminales. Esta es una lección que todos deberíamos aprender.
La lección de Nueva Zelanda es una prueba de que el control de armas no siempre es la solución. Después de confiscaciones masivas de armas de fuego, la violencia con armas de fuego en Nueva Zelanda ha alcanzado nuevos récords. Esto demuestra que los políticos no siempre pueden cumplir sus promesas de paz, arcoíris y unicornios bailando si renuncias a tus armas.
Fuentes: Ministerio de Justicia de Nueva Zelanda , El guardián